MEMORIAL DE SALVADORET, "EL MORO"
La Restauració Alfonsina i la Pau
Artur Cot i Miró
Altre cop el cronista oficial de la vila ens endinsa en la vida d'un dels personatges de la vila de Móra d'Ebre, anomenat per grans i petits i que avui dia pocs recorden...
Salvador Alguero "El Moro" |
L’any 1875 la
lluita entre carlistes i liberals continuava essent molt aferrissada a les
nostres terres. La premsa coetània, sobretot el Diario de Reus, ens informa en una ininterrompuda relació de
l’activitat militar.
Els mesos de març
i abril, Tivissa sofrí el setge dels carlins, segons la notícia publicada el 2
d’abril; en un atac les baixes dels carlistes sumaven catorze morts i una
dotzena de ferits, els liberals de Salvadoret participaven activament en
defensa dels de Tivissa “consiguiendo
así desistir a los carlistas de su temerario empeño” Bru i Borràs va dedicar
un capítol de la seua obra “Fulls d’història de la vila de Tivissa” a les
guerres dinàstiques del segle XIX.
Els veïns dels
pobles riberencs estigueren llarg temps reclosos als recintes dels pobles, ni
els pagesos podien sortir a conrear els camps ni els ramaders a pasturar, els
comerciants rebien escassos productes per al subministrament de les botigues i
els llaguters no s’atrevien a trasllardar-se en busca de farina i grans al baix
Aragó o arròs i sucre al mercat de Tortosa; la xicalla limitava el camp dels
seus jocs a les places de la
vila. Mercats i fires, festes i saraus s’interromperen per
llarg temps. Durant tres anys, fins i tot les campanes de l’església restaren
silencioses.
Dins d’aquell
bel·licisme, el Moro participava activament: “Un colega valenciano dice que don Salvador Algueró ha sido nombrado
comandante militar de Mora de Ebro, en reemplazo del teniente coronel del
cuerpo de Estado Mayor de plazas don Francisco Margarit, que pasará a aquella
situación, así como el capitán de infantería, secretario de dicha comandancia
don José Rilles”.
Carlins empresonats
No tots els
morencs estaven sota el comandament del Moro, alguns s’involucraren a les files
carlistes com manifesta la nota publicada el mateix dia en què Salvadoret es
feia càrrec de la Móra
d’Ebre fortificada:
“Relación de los carlistas hechos
prisioneros en Aleixar por el señor Brigadier don Eduardo Gamir el día 1 de
abril. Pelegrín Puig Sales (Miravet), 24 años. Pedro Rius Segarra (Benisanet),
herrero, 28 años. Bautista Hernández Vila (Mora de Ebro), labrador, 15 años.
Lorenzo Morera Costa (Mora de Ebro, labrador, 19 años. José Falcó Valls (Mora de
Ebro, labrador, 16 años. José Aragonés Gurrera (Mora de Ebro, labrador, 18
años”
La sort dels
presoners moltes vegades era prou llastimosa, els presidis d’Àfrica o els
destacaments d’ultramar eren la destinació dels vençuts. Contràriament, els
voluntaris liberals de Móra gaudien de la protecció estatal: “(...)han sido autorizados por el
Ministerio de la Guerra
pera recibir sus haberes en la
Caja de la
Administración económica de Tarragona”.
Impostos de guerra. El cas de Ginestar
Els carlistes,
molt actius en aquells dies, s’atansaren al nostre poble “(...)se apoderó en Mora de Ebro e
algunos contribuyentes, a les que se les exigió una fuerte cantidad. Los
carlistas tuvieron que abandonar más deprisa la población”. L’endemà es
publicava la notícia següent: “La
carretera de Gandesa ha sido cortada por los carlistas en dos puntos en las inmediaciones
de Corbera”.
Els carlistes
cercaven suport econòmic en els impostos de guerra: “Hace dos días el Cura de Flix tuvo por conveniente arrebatar la
tranquilidad a los habitantes de Mora de Ebro, llegando hasta sus murallas y a
su paso prender a todas las personas que encontraron. Acto seguido los llevaron
a Miravet. Es probable los despidan cuanto antes, pues tendrán que pagar la
contribución y asunto concluido. Digo esto porque los presos no están afiliados
a partido alguno, y tal vez más afectos a la causa que no a la nuestra”.
L’any anterior
s’havia produït a Ginestar, un poble obert i per tant sense defensa, un cas
molt comentat, un segrest col·lectiu: “Noticiosos los voluntarios de Mora de Ebro que el viernes de la pasada
semana una partida carlista se encontraba en Ginestar, acudieron inmediatamente
a dicho punto, obligando acorralar en la casa de la Villa al enemigo, quedando
encerrado en el mencionado sitio el aguacil del Ayuntamiento. Los carlitas
tenían en su poder 6.000 duros que escondieron, encargando a aquel dependiente
de la autoridad que hiciera suya aquella suma en el caso de morir todos ellos,
resueltos como estaban a no rendirse a pesar del inmediato peligro en que se
encontraban; pero en caso contrario guardase el secreto, pues de no ser así
acabarían tarde o temprano con su vida. A los voluntarios de Mora se les
agregaron nuevos refuerzos de voluntarios de otro pueblo inmediato y merced a
algunas cuestiones que mediaron entre los jefes de ambas fuerzas nacionales, el
enemigo pudo después de alguna tenaz resistencia, evadirse poniéndose a salvo”.
Els últims reductes carlins. Martínez Campos a Móra
d’Ebre. Rendició de Flix i Miravet
Els de Flix,
comandats per Josep Agramunt, més conegut com el capellà de Flix, foren assetjats pels liberals de Móra: “Durante la noche algunos voluntarios
de Clivillé y una de las compañías de Mora quitaron la barca del mencionado
castillo, llevándola a la parte del río que nuestras fuerzas ocupaban, quedando
de este modo los sitiados sin ningún medio para evadirse, aunque no lo hubieran
podido conseguir por la posición que ocupaban las tropas”.
Miravet s’havia
convertit en un indret dominat pels carlistes. El castell, amb la seua forta
estructura bastia per templers i hospitalers en temps medievals, no restava
inactiu al llarg de les guerres civils; les seues fortificacions i reductes
eren el centre del bel·licisme dels pretendents i, per tant, l’objectiu dels
liberals en els últims temps d’aquella guerra.
El capità general
de Catalunya, Arsenio Martínez Campos, que havia alliberat Berga del domini
carlí en 1872, que havia proclamat la monarquia d’Alfons XII el 29 de desembre
de 1874 a
Sagunt, s’havia traslladat a Móra amb l’objectiu de conquerir Miravet. “De Mora de Ebro, escriben que el
Exo. Señor Capitán General mandó parlamentarios a Miravet y la contestación de
los carlistas ha sido que no se quieren rendir. El general ha manifestado que
si dan lugar a que llegue la batería de mayor calibre, no dará cuartel bajo
ningún concepto”.
Els dies següents
tota la premsa donava notícies de la rendició d’aquell reducte, l’últim que
mantenia la carlinada:
“Tarragona 24 de junio, 7 de la
mañana, General en Jefe dice que ayer sus baterías colocadas a 400 y 700 metros de distancia
del castillo de Miravet han lanzado sobre el mismo 500 granadas Kupp y
Plasencia con un acierto fabuloso derribando la bandera y apagando
completamente los fuegos. Los tiradores del Príncipe y Arapiles están a 100 metros del Castillo
y con sus certeros disparos no permiten al enemigo asomar por ninguna parte.
Sitiados han pedido plazo 24 horas para rendirse el cual expira hoy. Son 39
oficiales y 135 de tropa que quedaron prisioneros de guerra. Ultima hora. En
maquina nuestro número, hemos merecido la amabilidad de nuestra primera
autoridad militar D. Rufino Montaño, el siguiente importantísimo telegrama al
que, con el mayor júbilo y satisfacción le damos publicidad: A las seis tarde
ayer se entregó castillo Miravet quedando prisioneros 9 jefes, 31 oficiales,
195 individuos, cogiendo 4 cañones. La entrega se saludó con 21 cañonazos.
Prisioneros salen trasladados a Barcelona, siguiendo general en jefe hoy las
operaciones. Por nuestra parte, durante el sitio hemos tenido un muerto y trece
heridos”.
El repicar festiu de les campanes de Móra
La notícia de la
capitulació de Miravet fou rebuda a tot arreu amb goig, era una premonició de
la pau a les nostres terres. A Móra d’Ebre l’alegria era gran: “Hace tres años que las campanas
dormían y hoy han despertado al viento los sonidos”.
El capità general
celebrà a Móra aquell esdeveniment i, tot seguit, es va dirigir a Alcanyís: “Anoche a las diez de la misma fuimos
agradablemente sorprendidos de la manera más inesperada, con la llegada a esta
ciudad del Excmo. Sr. General en jefe del Ejército de Cataluña D. Arsenio
Martínez Campos, que con una escolta de 40 caballos había salido de Mora de
Ebro distante diez y nueve horas”.
Una colla de
notícies feien referència a l’ambient que es respirava a Móra d’Ebre després de
la rendició de Miravet: “En
Mora de Ebro se han derribado las barricadas que se habían construido en
previsión contra algún intento de los carlistas, asimismo se ha macizado la
zanja que circundaba la población”
La situació era
cada dia més optimista: “Los
vecinos de Mora de Ebro creen habrá este año bastante número de forasteros en
la feria que se celebra los días dos y tres de Agosto por estar aquella comarca
muy limpia de carlistas y haberse derribado los preparativos de defensa que
tenían construidos”.
Amb la
pacificació de la contrada arribaven notícies dels últims escamots carlins:
“La partida carlista que en el
Maestrazgo mandaba Pallás de Garcia, al pasar el Ebro por Ribarroja, se le
deshizo la embarcación teniendo los individuos que ganar a nado la ribera. Al día
siguiente en Mora se recogieron los cadáveres de tres de ellos, y el caballo
del cabecilla, ignorándose el fin que cupo al resto de la partida”.
“Escriben de Mora de Ebro,, que el
día 30 del pasado mes un sargento y un cabo de las fuerzas movilizadas que
guarnecen dicho pueblo se trasladaron a la Torre del español, y allí se encontraron de
imprevisto con cinco carlistas perfectamente armados. Lejos de asustarse, les
intimidaron la rendición y amenazándoles con que serían fusilados, si se
resistían, por las fuerzas que circulaban por el pueblo, ardid que creyeron
verdadero los carlistas y depusieron las armas manifestando que eran desertores
de Berga y llevaban el propósito de acogerse a indulto, el cual fue concedido
por el comandante militar de Mora de Ebro señor Algueró al llegar a este
pueblo”.
Una notícia més
referida a la desamortització de les files dels carlins era la següent: “Lérida 26 de Setiembre –Del Diario
de Barcelona-. El general Salamanca que se encuentra en Mora de Ebro, se le han
presentado en demanda de indulto 18 carlistas armados y que en esta quincena
suman ya 262 los que han verificado en aquellas líneas”.
Restabliment del telègraf i del correu a Móra
El general
Salamanca, un dels militars més acreditats del bàndol liberal, va passar una
temporada a la nostra població amb la missió de protegir la construcció d’una
línia telegràfica:
“Nos dicen de Mora de Ebro que el
Ministro de Guerra se ha interesado en que se construya un telégrafo eléctrico
en aquel pueblo... El día 6 llegó a Falset el general Salamanca saliendo el
mismo día hacia Mora de Ebro, de donde había procedido y en donde protege la
construcción de la vía telegráfica que se coloca entre dichos pueblos para unir
las comunicaciones”.
El correu era un
dels serveis damnificats per la guerra ja que havia estat deturat en nombroses
ocasions. Amb la pau es restablia aquell servei:
“La Dirección general de
Correos y Telégrafos ha nombrado peatones conductores de la correspondencia de
Mora de Ebro a Tivisa don Francisco Fortuny. Mora de Ebro a Tortosa don Pablo
Bertolí y Vall. Mora de Ebro a Tortosa don Bautista Costa. Mora de Ebro a Flix
don José Ribera y Peris. Mora de Ebro a Ribarroja don Pedro Estepa y Cabello”.
Les víctimes de la guerra
No tenim
constància plena dels veïns de Móra que van morir en accions de guerra. Al
Registre Civil localitzem algunes víctimes dels 1nys 1874-75.
Pere Saloni, “(...)voluntario movilizado de la
compañía de Mora de Ebro de guarnición en el castillo de la misma, era de Benisanet
de cincuenta y tres años”.
Pere Querol i
Ripollés, de cinquanta anys, natural de Morella, era carlista: “(...)de una herida que recibió en la
pierna siendo carlista en el ataque de Gandesa”.
Ramon Caballé i
Cot, 49 anys, febrer de 1875, “(...)de
resultas de un tiro de fusil”.
Francisco Solé i
Bertolí, 21 anys, el 25 de novembre de 1874.
Francisco Sabaté
i Rebull, de Gandesa, “(...)a
resultas de un golpe de piedra que los carlistas le tiraron en el pecho
defendiendo las casas del recinto del Castillo en la predicha villa de Mora de
Ebro en el ataque que tuvieron que sostener contra los mismos”.
Si Catalunya ja
es mostrava pacificada, la lluita dinàstica continuava per terres de Navarra,
allà, lluny de Móra, va morir a l’acció de Peñaplata, el 18 de febrer de 1876,
l’últim morenc que participava en la guerra amb les tropes liberals, el
comandant Jaume Ugarriza i Montagut, nat a Móra el 6 de febrer de 1847.
Segons tradició
familiar, la notícia de la seua mort en combat va arribar a Móra quan les
campanes al vol anunciaven la fi d’aquella guerra fratricida.
El temps d’Isabel
II es creà el cos armat de la Guàrdia Civil
(1844), organitzat pel duc d’Ahumada.
A la nostra
contrada, la Guàrdia
Civil s’establí els últims dies de la guerra: “Ayer llegó a esta ciudad una fuerza
de la Guardia Civil
destinada a prestar los servicios de su instituto en los pueblos de Falset,
Tivisa, Mora de Ebro, Pinell, Ascó, Gandesa y Batea”.
A Móra, els
guàrdies s’instal·laren davant de l’administració de correus (casa D. Dionís),
en la cruïlla dels carrers Sant valentí i l’actual carrer de l’Unió (costa dels
Civils).
Celebració festiva de l’acabament de la guerra
La fi de la
guerra se celebrà arreu del país amb festes patriòtiques. Al Diario de Reus del dia 2 d’abril de 1876
es publicaren dos articles fent menció de les festes que van tenir lloc a Móra:
“El liberal pueblo de Mora de Ebro es
una de los que ha solemnizado con mayor pompa los festejos del deseado don de
la paz, en su lugar correspondiente insertamos una carta de nuestro
corresponsal en dicha villa, constándonos además que cuanto en ella nos
manifiesta es un breve apunte de los festejos habidos. Las calles estaban de
tal modo engalanadas que parecían un campo por los muchos arcos y ramaje
colocados convenientemente en toda su extensión, muchos balcones y fachadas
estaban caprichosamente decoradas con colgaduras, distinguiéndose entre
aquellos adornos el cuartel de la Guardia Civil ,
la casa del profesor de Primera Enseñanza y la Casa de Correos en las que había un bonito
transparente”.
“Mora de Ebro, 28 de Marzo. Tres días
destinados a celebrar la paz han sido divertidos de verdad. Durante los mismos
se han engalanado los balcones y ventanas distinguiéndose algunas inscripciones
en que se leía: Viva el Rey Alfonso. Viva la Paz , la libertad y los fueros. Por la noche hubo
iluminación general”.
“En la plaza del Príncipe ha tenido
lugar un baile público y de sociedad y una chistosa función por los jóvenes de
esta villa con la participación del simpático y brillante coronel Portillo y
las fuerzas de Caballería y cuatro compañías del cuerpo provincial de Toledo
que es una de los batallones que en el centro y norte lucharon por la paz
deseada. Hubo conciertos bajo la dirección del músico mayor Caballero; carreras
de caballos, procesiones cívicas, etc. por espacio de tres días”.
Tots desitjaven
la pau, la pau centrada en la restauració alfonsina amb la qual es concloïa
aquell malaurat segle de la nostra història.